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Mi despertar Lésbico

Hola, soy Yolanda. No es mi nombre real, pero sí el que siempre quise desde niña y aprovechando la recomendación de Agata de mantener el anonimato. Después de chatear varias semanas con ella, me convenció de contarles un poco de mi historia con su ayuda.


Me considero una persona más sensual y romántica que sexual, así que me voy a concentrar más en esos pequeños detalles que nos hacen latir el corazón a mil.


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Creo que soy esa típica mujer que toda la vida ha sentido algo diferente por las mujeres, pero ha querido ocultarlo de alguna forma colocándole algún manto de amistad encima.


Pese a que he tenido varios novios con ninguno pasaba de los tres meses, nunca me terminé de sentir del todo bien con ellos, no sé, siempre faltaba ese mismo escalofrío y revoltura en el estómago que sentía con personas del mismo sexo.


Mi último novio lo tuve en la universidad. Nos conocimos porque era un poco femenino, rozando el límite de la hombría y muchos hasta se preguntaban si era gay.


Con el me entendí mucho mejor que con los otros, al principio. Le encantaba ver películas románticas y no le daba temor poner su hombría en juego llorando delante de mí.


Ya llevábamos 6 mese, todo un record para mí, pero justo en el último semestre, decidió terminarme después varias semanas yendo a su casa a hacer visita, se enojaba porque pasaba más tiempo con su hermana que con él.


La conexión que sentía con esa mujer era casi magnética, pero por respeto a mi ex decidí cortar de raíz cualquier tipo de comunicación. Una lástima, porque creo que habría sido mi primera mujer, aunque la verdad no me arrepiento porque llegó una mujer más madura y centrada a mi vida.


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Llevaba exactamente 2 años y medio de no querer tener ninguna relación, necesitaba un respiro. Fue una época en la que me empecé a preguntar seriamente que estaba roto en mí y porque no podía tener una relación larga y duradera.


Ya ni salía a rumbear con mis amigxs y en el trabajo levantaba un muro de hielo al rededor con una actitud fría y tosca con cualquier hombre que lo intentaba.


Lo que perdí en amistades, lo gané en ascensos, llegando en 6 meses a un puesto de dirección de proyectos, cerca de los altos mandos.


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Melissa, una de mis jefes directora del área de mercadeo, es la típica mujer de negocios bien vestida y con un carisma de esos que hace que a todo el mundo le caiga bien.


Es una mujer trigueña, de estatura media, cabello rizado, ojos verdes oscuros y labios gruesos. Su cuerpo es carnoso, no tiene una cintura perfecta, ni senos muy grandes, pero lo que sin duda se roba todas las miradas cuando va de falda son sus piernas gruesas y fuertes necesarias para poder cargar ese culote que menea de forma deliciosa al andar.


Si ya sé que están pensando y si, esa mujer me encantaba, derrumbaba en instante toda posible idea de volver a salir con hombres de nuevo, casi que ni la veía caminar, para mi flotaba como una diosa.


Mis noches se convirtieron en un desastre, me quedaba mirando al techo sin saber que hacer. Me sorprendía en la madrugada pensando en ella, recordando lo hermosa que había ido ese día, su cara amable y ese ademan que usa para acomodar su cabello girando levemente su cuello, ufff cada que lo hacía sentía que se me chorreaba la baba.


Sin embargo, aún no entendía del todo de que se trataba todo esto. Las conversaciones con uno mismo, eran una tira y afloje del que no te puedes escapar con mentiras. Igual me repetía mil veces que debía reprimir y cambiar esos pensamientos, algo que solo empeoraba las cosas.


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Un día estaba en mi puesto concentrada escribiendo una propuesta de negocios, completamente ida escuchando música con los audífonos, ni me di cuenta de que estaba moviendo los labios siguiendo las letras y haciendo la mímica en el escenario, cantando apasionadamente para sus fans.


En segundo plano vi que alguien pasaba entre los cubículos y solo cuando ya estaba demasiado cerca me di cuenta de que se trataba de Melissa.


Me quedé helada cuando vi cómo se sentó sobre mi escritorio mirándome con esa hermosa sonrisa angelical. Me dijo algo, pero no le pude escuchar nada.


Me quité los cascos y los deje caer sobre mi cuello.


- Hola jefe ¿me necesitaba?


- No no, que pena, es que te vi y me pregunté que estabas escuchando ¿puedo?


- Si, claro


Me quedé pasmada y no era capaz de moverme, no caí en cuenta de que esa repuesta significaba que mi cerebro les ordenara a mis manos tomarlos cascos y pasárselos.


Ella de lo más normal, estiró sus dos manos, se inclinó hacia adelante para tomarlos. Su cuello quedó cerquita de mi nariz y mientras aspiraba para llenarme con su perfume mis ojos se desviaban a perderse en las profundidades su escote.


Se volvió a sentar en el escritorio, colocó los audífonos sobre sus oídos, los apretó con sus manos y cuando escuchó la tonada cerro los ojos, movía su cuerpo con el ritmo y cantaba sin importarle que los demás la escucharan.


"Let's raise a glass

Or two

To all the things I've lost on you

Ho, ooh

Tell me are they lost on you?

Ooh, oh

Just that you could cut me loose

Ho, ooh"


Me quede embobada, hasta con la boca abierta, no solo por lo hermosa y sexy que se veía esa mujer cantando con su dulce voz entonada, sino por la seguridad y lo poco que le importaba hacer el ridículo.


Abrió los ojos, me entrego los audífonos y me sonrió.


- Con razón estabas así, me encanta LP


Se levantó de la mesa y se fue cantando para su oficina, tronando los dedos y tarareando la tonada. Se sentó en su puesto, se colocó los audífonos y me mostró la pantalla de su teléfono con el video de la misma canción.


Le sonreí de vuelta y traté de evadir su mirada antes de que fuera demasiado evidente que me tenía embobada. Me concentré de nuevo en lo mío, o bueno al menos eso simulaba hacer, cuando me llega un mensaje interno y salta la notificación en la pantalla.


- Me deberías compartir tu playlist


De nuevo paniqueada con las manos congeladas sin saber que responder, mirando la pantalla con el corazón a mil.


Volteé a mirar a su oficina y ahi estaba ella haciéndome cara de puchero y sus manos juntas rogando por que lo hiciera.


- Ay jefe, no me da pena, es que yo tengo ahi una revoltura de todo


- No importa, mejor, me encanta conocer música nueva


- Es que... literal puede pasar de vallenatos, a salsa, k-pop, plancha y terminar en rock o metal


- Mejor todavía... yo escuchó de todo


- ¿En serio jefe?


- Si en serio, mi hermano tiene una banda de Rock así que estoy acostumbrada


- Esta bien, pero no me hago responsable


Copié el enlace de mi playlist para trabajar o estudiar y se la compartí. De lejos me quede mirando su reacción y cuando la abrió se notó un poco sorprendida, pero si miedo le dio play y me sonrió de vuelta.


El juego de miradas y risas no paro en todo el día, cuando una cancion le gustaba me escribía llamando la atención y cuando la volteaba a ver me hacía muecas de aprobación, hasta con las canciones pesadas de metal me hacía la señal de cachitos con los dedos y juntaba las cejas cabeceando, definitivamente era todo un caso. Todo el día me reí.


Llegando la hora de salir, tomo su cartera, dobló su abrigo sobre el brazo y se acercó caminando a mi puesto.


- La vida sin música, no es vida


- Definitivamente


- Que tengas feliz noche


Se inclinó y sin esperarlo se despidió de beso en la mejilla.


- Lo mismo... jefa --respondí tartamudeando un poco--


Pase delicioso, pero me desconcentro tanto que me toco quedarme casi hasta las 11 de la noche en la oficina para recuperar el tiempo perdido.


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Llegué tan rendida a la casa que lo único que quería era una buena ducha de agua caliente y dormir.


Me quité la ropa dejándola en el camino tirada por el suelo, desnuda apoyé las manos contra la pared. Metí mi cara de frente al chorro y respiré profundo quedándome ahi en medio mirando al suelo, viendo caer el agua alrededor de mi rosto sin moverme para que el agua me dejara respirar.


Sentí un calor en mi vientre que fue creciendo por mi cuerpo al cerrar los ojos e imaginar que ella entraba a la ducha abrazándome y se quedaba recostada sobre mi besándome el cuello con sus pezones erectos en mi espalda.


Las piernas me temblaron al quedarse sin fuerza, levanté la cara para tratar de conseguir equilibrio y el agua me entro por boca y nariz haciendo que me ahogara. Terminé apoyada contra el vidrio, tosiendo, mirando de forma inquisitiva mi reflejo.


- ¿Qué coño te pasa Yolanda? ¿Acaso te volviste loca?


Abrí la llave del agua fría, esperando que me ayudara a despertar y se llevará por el desagüe esas ideas. No me podía permitir pasar ese límite, no con otra mujer.


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Por lo general duermo casi desnuda, pero esa noche mi inconsciente temeroso de que hiciera algo más me hizo poner ropa interior, pijama, buzo y hasta una sudadera por encima. Si hubiera tenido una armadura medieval con cinturón de castidad no habría duda en vestirla también.


Traté de pensar en algo más, pero era imposible sacarme esas ideas de la cabeza. Mi último recurso fue tomar un libro de economía para una maestría que tengo en mis planes y sin siquiera darme cuenta caí dormida... a un reino que no puedo controlar.


En medio del sueño, estaba en la oficina buscando unos papeles en el archivo. Ella entró cerrando la puerta, cual felino acechando a su presa, fue directo hacia mi mirándome con hambre a la boca.


Me levanté tan rápido como pude quedando encerrada al final del pasillo apoyando la espalda contra la pared. Ella colocó sus manos a lado y lado para que no pudiera escapar y se acercó peligrosamente quedando su cara a escasos centímetros de la mía. Temblaba de susto.


- Jefa ¿qué hace?


- Es tu sueño, tú me trajiste, así que dime que hago acá


- No sé, yo no...


Me colocó su índice en la boca al mismo tiempo que acercaba su rostro al mío, mirándome fijamente a los ojos. Sin cerrarlos paso su lengua por la longitud de su dedo, me beso y sonrió.


- ¿Sigo?


- No sé


Bajó su mano pasándola entre mis senos, acariciando uno de ellos disimuladamente por debajo, pasando yendo hacia mis costillas, llevándola hacia mi espalda para apretarme contra su cuerpo. Mi corazón palpitaba tan fuerte que ella podía sentirlo con su cuerpo.


- ¿Sigo?


Me la comí a besos desesperadamente, las manos se movían sin control igual que nuestras lenguas, respiraba agitada y asustada. Fue inevitable, mis manos fueron directo a posarse en sus nalgas, la emoción me llevo a empujarla contra mi cuerpo y se le escapó un delicioso gemido mientras chupaba mi lóbulo.


- Ten cuidado con lo que sueñas...


Abrió los ojos sonrió y mientras nos mirábamos, paso su lengua por el contorno de mi boca y luego la tetica entre los labios superiores la metió en su boca y la degusto de una forma tan sensual, que al imaginarla haciendo lo mismo más abajo me hizo mojar.


- ...porque esos deseos reprimidos, a veces se hacen realidad


Al ver mi expresión de placer, se hizo de rodillas, levantó una de mis piernas la apoyó contra uno de los estantes y desapareció debajo de mi falda, me temblaba todo, sentía que no era capaz de moverme y al voltear a ver mis manos las vi amarradas a los estantes.


Quería gritar y pedirle que se detuviera, que no lo hiciera, gritaba con todas mis fuerzas, pero como en toda pesadilla no se salía ni un hilo de vos.


Estaba a su merced, su cara perversa y maldadosa aun la recuerdo cuando corrió las tangas a un lado y justo cuando sentí el calor de su boca en mi sexo...


Desperté sobresaltada de golpe. Levanté todas las cobijas tirándolas al suelo para asegurarme de que ella no estaba ahi. Todo eso había sido demasiado real.


Aliviada al darme cuenta que solo había sido un sueño, me llevé la mano al pecho, el corazón latía aún más fuerte y podía sentir mi sexo empapado debajo de todas esas capas de ropa.


Me tiré hacia atrás, exhalando con fuerza profundamente y cuando la adrenalina bajó un poco me empecé a reír frenéticamente y sin control, tanto que me tuve que tapar con la almohada para no ir a despertar a los vecinos.


- Ay Yolanda, solo fue un sueño, vuelve a dormir


- No, dormir no


Me daba terror, creo que sentía el mismo miedo que tuve de dormir que cuando me vi Freddy Krueger. Me daba pavor volver a soñar con ella, volverme a sentir vulnerable, sin saber si lo que estaba sintiendo era bueno o malo.


Tomé mi celular para ver la hora y aún estaba muy temprano para ir a trabajar, pero igual ya no iba a ser capaz de dormir.


Aprovechando que ya tenía la sudadera, me coloqué una camiseta, tenis, audífonos y decidí salir a trotar un poco. Asi seguro mi cuerpo se volvía a equilibrar y dejaba de pensar estupideces.


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Llegué tempranísimo a la oficina y como es costumbre quién llega de primero pone a preparar el café.


- Hola Yolanda, buenos días ¿qué haces tan temprano por acá?


- Buenos días jefa --seme secó la boca-- este yo, este... el proyecto, si eso, entregar proyecto, hoy


Ay no, cómeme tierra, pero qué demonios hago hablando como si fuera Tarzan.


- jajajajajajaja creo que necesitas urgente ese café para despertar


- Si si --reí disimuladamente--


- Fresca que yo soy igual, hasta que no me tomo el primer café no soy persona


Me corrió una silla y risueña me acomodó tomándome con sus manos de los brazos para guiarme preocupada como si pensara que mi cuerpo ni siquiera tuviera energías para decirle a mis neuronas dónde estaba la silla.


Abrió la alacena, tomo un par de tazas y sirvió un café negro y cargado.


- ¿Cómo te gusta?


«Como vos» respondió la otra voz dentro de mi mente. Me sacudí la cabeza, cerrando los ojos.


- Asi, oscuro


- ¿Azucar?


- No


- Definitivamente vos y yo tenemos que ser amigas --dijo mientras se sentaba al frente-- buen gusto en la música y también sabes cómo se toma un buen café


- Si, si el azúcar le daña el sabor


Estaba tan nerviosa que en automático y sin pensarlo, tomé la taza para sorber un poco y ella me detuvo con la mano.


- Te quemas la lengua --con es hermosa sonrisa-- estas muy dormida


«y la lengua es muuuuyyy importante» dijo mi mente con tono burlón y mis ojos se posaron en sus labios. Volví a sacudirme de nuevo buscando que esas ideas salieran de una vez de mi mente.


Me sostuvo las manos encima de las mías para calentarlas y sopló mi taza un poco. Ay estaba esa mirada acompañada de esa hermosa sonrisa, esa maldita mirada que me hacía temblar todo.


- Estas helada --me dijo--


Me sentí un poco incomoda, al escuchar que más personas llegaban a la oficina y sin ser grosera bajé la taza en la mesa y retiré mis manos.


- Si es que con esta llovedera


Dije por disimular, pero estaba segura que era a causa de los nervios.


- A mí me encanta calentarlas con el cafe, es como un ritual


Levantó su taza con sus manos al rededor soplando sin prisa. Le dio un sorbo y se saboreó.


- ¡Ay dios mío! --gritó eufórica-- de ahora en adelante quiero que seas la primera en llegar


Incliné diez grados la cabeza y la miré extrañada.


- Este café te quedo espectacular


- jajajaja debe ser por la sobre dosis de café y el chorrito de ron --giñando un ojo--


- Entendido Jefe Gorgory --me giño exageradamente de vuelta--


Las dos nos reímos y más personas empezaron a entrar a la cafetería, saludando por educación y nosotras dejamos de hablar esperando que volvieran a salir.


Ella a cada sorbo no cambiaba su cara de placer. Esperó a que estuviéramos solas para retomar conversación.


- Se me olvido contarte


- ¿Qué?


- Anoche soñé con vos


Afortunadamente no tenía café en la boca en ese momento o la habría bañado escupiéndoselo encima. Llegaron todas esas imágenes de mi sueño a la mente y se me alcanzaron a sonrojar los cachetes.


Traté de disimular culpando lo caliente que estaba el café, me escudé levantando a soplar la taza, evitando mirarla a los ojos o si no me iba a sonrojar aún más.


- No me digas ¿qué soñaste? --pregunté temerosa--


- Qué estábamos en un concierto de LP


- Ay super --respiré profundo-- ya quisiera yo


- Casi lloro cuando me desperté, estábamos ahi en primera fila, al frente de nosotras


- Me muero


- Siiiii imagínate... al menos ya se con quién ir cuando venga de gira por acá


- Claro que sí, de una


Ella se levantó y se me quedó mirando fijo a los ojos como si me quisiera decir algo, pero sin ser capaz de atreverse.


- ¿Pasa algo?


Hizo una mueca de arrepentimiento, se sacudió la cabeza.


- No nada, solo me quería asegurar de que si hayas despertado y no sigas en modo zombie


- jajajajajaja si jefe, tranquila que puedo llegar a mi puesto por mis propios medios


- Melissa --respondió a secas-- no más eso de jefe, ya somos amigas --sonriendo una vez más--


- Esta bien --alcancé su taza y me levanté-- "Meli" vaya a su reunión matutina que yo me encargó de lavar esto


- ¡Gracias! --me dio un beso en la mejilla-- que tengas un excelente día


Salió de la cafetería y me quedé ahí parada viendo el infinito con sonrisa de pendeja. No podía creer todo lo que acababa de pasar. Aunque me lo negaba, ella de forma orgánica me producía mil veces y sin que pasara nada anormal lo que ningún hombre en mi vida.


Hasta que entró Karla mi compañera de puesto y me tronó los dedos al frente.


- Oe, oe tierra llamado a Yolanda


Siguió su camino a servirse un poco de café y sin que se me borrara la cara de pendeja camine al lavado.


- ¿Esa risita tan temprano qué?


- ¿Cuál risita?


- Pues esa, la que nunca tienes en la cara, pedazo de amargada


- Nada, no sé, solo me levanté feliz


- Uyyyy no me digas, al fin encontraste un galán que te hiciera el ñaka ñaka


- Nooooo jajajajaja para nada, solo me siento feliz, no necesito de manes para serlo


- No pues, que dijo, la independiente


- Mi independencia mide 15 centímetros, es rosado, lastimosamente aún necesita baterías y me ha dejado a medias más de una vez


- jajajajaja ya es hora de actualizarse y comprar uno recargable, dan horas de placer, créeme


- Ya se quién me puede asesorar cuando decida cambiar de "novio"


- Cuando quieras jajaja


Nos fuimos al puesto y por más que tarte de concentrarme, era imposible no mirar de vez en cuando para la oficina de mi jefa.


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En la tarde uno de los bordes de los vidrios de su oficina crea un efecto de prisma y se reflejan los colores del arcoíris. Es rato porque ella de forma inconsciente juega con ese haz de luz con sus manos.


Lo gracioso de todo eso es que me daba risa lo de los memes con el rayo homosexualizador, pero muy dentro de mi anhelaba que ese meme se hiciera real, que ese pequeño haz de luz, la "convirtiera" y yo no tuviera tanto miedo de verla como algo diferente a mi jefa.


Ella de vez en cuando levantaba la mirada y disimuladamente miraba para el techo o para otro lado. Obviamente me descubrió más de una vez, se hacia la tonta, pero esa risita coqueta la delataba. Maldito juego adolescente.


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Por un buen tiempo no volvimos a tener mucho contacto, ella estuvo de viaje y cuando regreso la encargaron de una nueva división y se le notaba por encima el corre corre de acostumbrarse a sus nuevas obligaciones.


En unas semanas íbamos a tener cierre de trimestre y todos estaba al límite, revisando cumplimiento de objetivos y dando el último esfuerzo para hacer los cierres.


Melissa estaba particularmente estresada, se veía bastante atareada en su oficina haciendo llamadas y caminando de un lado para el otro.


Las personas empezaron a salir en su horario habitual y algunos pocos nos quedamos terminando algunos pendientes para dejar todo listo y no correr peor el ultimo día.


A eso de las 8 agarré mis cosas y la vi demasiado concentrada en su portátil, con un lápiz en la boca, sus lentes de marco grueso que solo usa de vez en cuando, casi encorvada como si se fuera a meter a la pantalla mientras se rascaba el cuello.


Me hacía falta al menos cruzar unas palabras, al menos despedirme, pero de decidí no interrumpirla. Bajé por el ascensor al parqueadero y cuando estaba a punto de encender el carro sonó mi teléfono.


- Yoli noooo ¿te fuiste?


- Jefe la vi tan ocupada que no quise interrumpir


- Ay no, yo te necesitaba, pero no hay problema nos vemos mañana que descanses


- Estoy en el parqueadero, si quieres subo


- No no fresca, es una bobada


- No creo, con esa cara de estrés que tenías, ya subo


- De verdad me muero de vergüenza


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Entré a su oficina y se le iluminaron los ojos. Frunció sus cejas, se sacó el lápiz de la boca y me señalo con el.


- Si me vuelve a decir jefe, dejamos de ser amigas


- Cuando te dije je... a si ya se --me encogí de hombros con cara de puchero-- lo siento


Se levantó, me dio un gran abrazo, de esos electrizantes que te llenan de energía y se volvió a centrar en su silla.


- ¿Tu eres buena en excel cierto?


- Algo así


- ¿Sabes de tablas dinámicas?


- Sip, las vi hace poco en un curso


- Eso escuché de Juan Carlos, me dijo que tus últimos reportes son casi obras de arte


- Tampoco es para tanto


- Yo solo digo que tu nombre resuena mucho entre los jefes


- ¿Ah sí? que buena noticia me acabas de dar, ya solo necesito que te asciendan para yo poderme quedar con esta oficina


- Me parece una idea perfecta y te heredo también estos reportes se m... --se mordió la boca para no terminar la palabra---


- A ver... muéstrame que es lo que necesitas


Descargue mis cosas en una de las sillas de visitantes y arrastre la otra al lado de la suya.


Ella quedó más adelante de mí. Trataba de explicarme lo que quería, pero me distraje viendo cómo se enroscaba su cabello y lo aseguraba con el lápiz en una moña y dejaba su largo cuello al descubierto. Me moría de ganas por posar mis labios en ese cuello, pero me sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos.


- Espera espera... de nuevo


- Viste, yo sabía que no te debía molestar, esta vaina es horrible


- No no, es que quiero estar segura de que si entendí bien


Me volvió a repetir todo con detalles. La pobre estaba super perdida, para poder hacer lo que necesitaba aún le faltaban varios datos y primero tuvimos que recopilar esa información de otras fuentes de datos antes de comenzar y cuando ella miro el reloj estaba rondando casi las 11 de la noche y ya ni un alma rondaba en el lugar.


- Ay no Yoli, mira la hora que pena, vaya tranquila descanse que yo con esto ya me defiendo


- No, no seas boba


- Al menos déjame invitarte a comer algo ¿pizza, chino o que te gusta?


«Vos, me gustas vos» escupía casi a gritos y emocionado esas palabras mi cerebro, estoy segura que hasta le mando la orden a mi boca para que lo dijera, pero la otra neurona cuerda alcanzo a cancelar esa orden.


- No, se demora más el domicilio que nosotros en terminar esto, créeme que la tabla dinámica es lo de menos teniendo los datos correctos


- Me da vergüenza con vos, al menos me dejas invitarte a tomar algo cuando salgamos


- Ay jefa... sorry sorry sorry jajajaja Meli, Meli. Yo soy remala para tomar en semana, me da durísimo levantarme


- Ah no, es que mañana no pienso venir temprano, es más no pienso venir y vos tampoco, ya le mando un correo a Juan Carlos diciéndole que te quedaste a ayudarme


- No, Meli no es pa tanto


- ¿Cómo qué no? aca estamos doblando turno, tenemos que descansar


Ella mandó el correo desde su teléfono para no interrumpirme en el portátil.


- Ya está, mañana no trabajas, así que ya no me puedes decir que no


- Esta bien, pero no cantes victoria, a ver si esto nos da, mira te enseño...


Arrastre con el ratón un par de columnas, cambie la fórmula de agregación y casi como magia salió toda la información que necesitaba.


- ¿Ya? --volteó a mirarme sorprendida--


- Si, ya, eso era todo viste


- ¿Como hiciste eso? ¿Porque lo haces ver tan fácil?


- Bueno, es que una vez lo aprendes es una bobada


- No eso no tiene nada de fácil, eres una maldita nerd


Me dio una super abrazo, colocó sus manos en mis cachetes y me dio picos por toda la cara mientras yo me moría de risa.


- Ya ya ya exagerada


Ella se quedó callada mirándome fijo a los ojos y mi cara de risa se transformó a nerviosismo. El corazón bombeaba a punto de estallar y sentía el sudor frio en mi espalda.


- Meli, porfa no me mires así --dije mordiendome los labios--


- No puedo, me encantas


Traté de quitar sus manos gentilmente para huir, pero ella me tomó con más fuerza y se acercó hacia mi tratando de besarme.


Me escapé levantándome de la silla y me quedé ahí de pie escandalizada. Mi cuerpo quería salir corriendo, pero mi mente estaba tan shockheada que no era capaz de mandarle la instrucción a mis piernas.


- Yoli, lo siento --se levantó de su silla-- de verdad lo siento, me equivoqué, pensé que a vos...


Me tiré a sus labios y casi me derrito con solo sentir el contacto. Su lengua alrededor de mi boca, me hizo temblar las piernas y me tuve que apoyar contra la mesa.


Metió mi labio superior entre los suyos y pasaba la punta de su lengua repetidamente acariciándolos en medio. Ni siquiera me di cuenta de sus manos agarrándome las nalgas y su rodilla presionando mi sexo a punto de acostarme en su escritorio.


No sé de dónde saqué fuerzas para hacerla a un lado y salir corriendo a una esquina de su oficina para tomar distancia.


- Esto no --tomé las cosas de mi silla-- esto no está bien, lo siento, no sé porque hice eso


Salí de la oficina corriendo al ascensor y cuando se estaban cerrando las puertas ella metió la mano para que se abrieran y poder entrar.


Di un paso adelante y yo me corrí hasta una de las esquinas muerta de susto. Las puertas se cerraron y en lo único que pensaba era en que no fuera a hacer ninguna locura porque iban a vernos por las cámaras de seguridad.


- Yolanda, yo...


- Acá no --le señale con los ojos las cámaras--


El viaje en ascensor más largo de mi vida. Se abrieron las puertas y pase por su lado, pero ella me tomó del brazo para detenerme.


- Hablemos


- No tengo nada que hablar


- ¿Cómo qué no?


- Esto solo fue un error y ya, nunca paso y no vamos a hablar nunca más de esto en la vida ¿ok?


Salí caminando a pasos agigantados, subí a mi carro. Ella abrió la puerta del pasajero y se montó sin mi permiso.


- Yoli, hablemos


- No hay nada que hablar jefa, de verdad olvidemos todo esto ¿sí?


- Yo siento muchas cosas por vos y esto que paso es porque vos también sentís algo, yo sé que sí, tenemos una conexión y no lo podés negar


- Por favor bájate, me quiero ir


- No, no vamos a huir de esto, no voy a permitir que lo hagas


- Melissa... por favor


Colocó su mano detrás de mi cuello y me dio un maldito y delicioso beso el cuál por más que quise no pude rechazar. Hasta que una luz de otro carro que subía del sótano nos interrumpió. Nos separamos a toda prisa y nos deslizamos en las sillas hacia abajo para que no nos vieran.


Cuando quedamos en penumbras nos volteamos a reír como unas adolescentes luego de que hacen una fechoría a escondidas de sus padres.


- Hablemos porfa si, hablemos... no te vayas así


- No vuelvas a hacer eso


- ¿Besarte? está bien no, pero hablemos


- Prométeme que no lo vuelves a hacer


- Te lo prometo --levantando sus manos, una de ellas con los dedos cruzados--


- Es en serio. Porfa, bájate --dije dando vuelta a la llave para encender el motor--


Ella sonrió colocándose el cinturón, mientras presionaba el clutch y la chispa hacia encender el motor.


- Esta bien, te lo prometo, no lo vuelvo a hacer


- ¿Conoces un lugar dónde...


- ... No nos miren cómo bichos raros?, si


- ¿Dónde?


- Mi casa


- Melissa, no en serio. Ni loca haría eso


- Entonces vamos a la tuya


- Menos. No Meli en serio, esto es un error, bájate y lo dejamos así


- ¡¿Qué?! ¿no aguantas un chiste? pensé que tenías mejor sentido del humor, pero está bien, si quieres que hablé en serio ¿te parece si vamos al mirador?


- ¿El mirador? --levante las cejas-- el lugar al que se van las parejitas a....


- No todos van a eso, y nosotras no vamos a hacer nada, solo lo digo porque es un lugar privado donde podemos hablar tranquilas


- Esta bien


Dije aun nerviosa, porque muy dentro de mi estaba segura de que no solo íbamos a hablar. Algo que me confrontaba, pero que a la vez también anhelaba.


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Tomamos la avenida principal y luego la ruta hacia las afueras, un lugar oscuro y sombrío en el que la gente se reúne a beber, fumar hierba y también a otras cosas que los vidrios empañados no dejan ver.


Ella todo el camino se veía claramente emocionada y feliz, mientras que yo iba con un mudo de pensamientos en mi cabeza que no era capaz de desenmarañar.


Por ser mitad de semana, no había muchos carros. Nos estacionamos lo más lejos que pudimos, a un costado, fuera de las luces del alumbrado público. Lo que menos quería era que nos pudieran identificar o que me vieran sola con otra mujer.


- Listo, hablemos --dije levantando el freno de mano enérgicamente--


Me giré en mi silla apoyándome contra la puerta buscando tomar distancia entre las dos.


- Yoli, no quiero que te sientas incomoda, al revés quiero que seas la misma descomplicada que conozco ¿solo hablemos, pero calmadas sí?


- Jefa, vuelvo a insistir, esto es un error


- Melissa --refuto-- ya te dije que no soy tu jefe, primero soy tu amiga antes que tu jefe


- ¿Amiga? Las amigas no hacen lo que hicimos


- ¿Por qué no? sí vos me gustas y yo sé que yo también te gusto


- Porque yo no sé si soy...


- ¿Lesbiana?


- Si lesbiana o lo que sea. Es la primera vez en mi vida que me pasa esto


- ¿Esto? ¿a qué te refieres exactamente?


- A sentirme así por una mujer


Debi de haber pensado mejor esa respuesta antes de escupirla. Luego caí en cuenta a que se estaba refiriendo solo al beso.


- Ah ok --sonrió-- explícame entonces ¿qué es eso que sientes por mí?


- No sé Meli, no sé. No debí haberte dicho eso, yo no soy así, yo no soy...


Se me salieron las lágrimas, no quería que ella lo notara, así que voltee a mirar por mi ventana hacia la ciudad.


- Te voy a hacer un favor que no me has pedido


Se soltó el cinturón de seguridad, se quitó los tacones y se sentó frente a mi montando los pies en la silla cruzando los pies.


- Mírame --delicadamente me volteo el rostro hacia ella con ternura-- vamos Yoli mírame


Me tomo de las manos, colocándolas entre las suyas para darme tranquilidad y confianza.


- Quítate ese problema de título de encima, porque eso no ayuda en nada. Quiero que veas un panorama diferente, uno donde no tiene que catalogarse como nada


Acarició mis manos con delicadeza y entre cruzamos los dedos


- No tiene nada de malo sentir atracción por otro ser humano, limitar los sentimientos al sexo de una persona es ridículo... es más, te confieso que yo no sé qué soy, si hetero, lesbiana o bisexual o lo que sea, pero con vos la verdad no me importa


Hizo una pausa y sonrió de la forma más tímida y tierna del mundo.


- Yoli, lo único que se en este momento es que vos me atraes de una forma que no puedo resistir, todo mi cuerpo vibra cuando te tengo cerca. Se que lo que paso, te puedes hacer sentir confundida; no te quiero presionar a nada, solo quiero que hablemos y saber que estas bien


Esas palabras derrumbaron la fortaleza de hielo que había construido a mí al rededor para protegerme. La abracé y ella me tomo con fuerza acariciando mi cabello y espalda mientras se me salían las lágrimas.


- Ya muñeca, tranquila, no llores, todo está bien


Nos separamos, ella me limpió las lágrimas con sus manos y me dio un beso tierno en la mejilla.


- ¿Estas bien?


Respiré profundo, exhalé y le di otro abrazo desde lo más profundo de mi alma. Quería decirle muchas cosas, pero no quería que me viera mientras se las decía.


- No, no estoy bien. Vos me reencantas y no puedo dejar de pensar en vos todo el maldito tiempo


Se que estaba sonriendo, aunque no podía verla y sus brazos me apretaron con más fuerza. Me dio un beso e en el cuello y luego se acercó a mi oído.


- ¡Gracias!


- ¿Por qué? ¿si te estoy complicando la vida?


- Por ser tú, por cantar esa canción con tanta pasión y llamar mi atención, desde ese día tampoco he podido sacarte de mi mente


- No me atrevía a decirte nada y me estaba muriendo por dentro, afortunadamente paso lo que paso me encantó, pero no te quiero perder por esto, ni por nada, no quiero que te alejes de mí y entiendo si no...


Le cerré la boca juntando sus labios con los míos y ella sonrió. Nos fundimos en un tierno y romántico beso, nos mirábamos con los ojos dilatados y nos acariciábamos el rostro sonriendo.


- Mel, me encantas, pero no sé si estoy lista


- Mujer, no hay materia en el colegio o en la universidad para esto, solo hay una forma. Vivirlo


- Meli, me da miedo, mucho miedo. No sería capaz de contarle a nadie. No me veo diciéndole a mis amigos o a mi familia que me gusta otra mujer


Me colocó la mano sobre su corazón


- ¿Sientes eso?


- Si --coloque su mano sobre el mío--


Nos abrazamos y reímos como locas. Las dos estábamos asustadas, con un mar de adrenalina haciendo estragos en nuestros cuerpos.


- Yo no te estoy pidiendo que lo hagas, esto es algo entre nosotras, no tiene por qué enterarse nadie


- Vos sos abiertamente...


- Pues declarada, no soy y no creo que lo sea. Es que como te lo dije antes... no es porque seas mujer, es porque sos vos


- ¿Ya habías besado a otra mujer?


- Si


- Yo nunca lo había hecho


- ¿Te sentiste bien?


- Si me encantó, muchísimo y eso fue lo que más miedo me dio


Se me acercó lentamente y nos empezamos a besar con mucha pasión. Sus besos tenían ma combinación de presión, ritmo, intensión y humedad perfectos. Nuestras lenguas jugaban como si hubieran bailado por años juntas y mi cuerpo ya empezaba a reaccionar a otros impulsos.


- Espera, espera... no sé cómo... hacer


- ¿Hacer?


- Si, qué hacer con otra mujer


- ¿Has visto porno lésbico?


Me alcancé a sonrojar y bajé la mirada.


- Ah picarona ¿sí?


- Si, claro


- Olvida todo lo que has visto, porque no se trata de nada de eso. Tú no "tienes" que hacer nada, no dejes que tu mente juegue contigo ¿está bien?


Afirme con mi cabeza.


- Yo no espero nada de ti, solo que seas tu misma


- Maldita sea, ¿por qué me haces esto?


- ¿Qué?


- ¿Clavarte así en mí? ¿Acá adentro? --señalando mi corazón--


Entre cruzamos las manos de frente.


- Porque eres correspondida, porque me encanta tu forma de ser, me encanta tu música, amo tu café, tus ojos, tu mirada, lo nerd que eres, la forma en que hablas... y ahora es peor, porque también soy adicta a tus besos


No más palabras fueron necesarias, nos acercamos entre risas atrayendo las manos, besándonos y acariciando nuestros cuerpos. La respiración agitada y el calor de nuestros cuerpos empañaron los vidrios y dejo de preocuparme que nos vieran.


Ella se pasó sonriendo por el medio de las sillas al asiento trasero y me llamo con su dedo índice.


- Ven acá


- No, ni lo creas, me pones a perder el año, yo sé


Se acomodo mejor acariciando su cuerpo, abriendo las piernas para dejarme ver sus tanguitas levantándose un poco la falda. Acariciándose los senos, mordiendo su labio inferior y pasando su lengua por el contorno de sus labios para humedecerlos.


- Maldita sea, eres tan hermosa


Le dije sacando el teléfono de mi bolso apuntándolo hacia ella.


- ¿Te puedo tomar una foto?


- ¿Con ropa o sin ropa?


- No sea loca Melissa


Tomé más de una y ella poso para mí, de lo más natural del mundo, mientras se sacaba la camisa de la falda y se abría los botones.


- Ay dios, mejor no sigas


- ¿Por qué? ¿No te gusta?


- Todo lo contrario, porque no me aguanto


Me quitó el teléfono de la mano, se hizo a un lado y palmeo la silla.


- Ven acá, quiero una foto juntas


Me pase de rodillas, ella me recibió con un beso, sacando mi camisa del jean, levantándome los brazos. Me dejó encartada con la camiseta en las muñecas y aprovechó para desabrocharme el sostén y liberar mis senos.


- Noooo, no seas tramposa


Ni le importó, fue directo mis senos, los chupó de una forma elegante y sensual, sin agárralos fuerte como lo haría un hombre, acariciando gentilmente con la yema de los dedos.


Me terminé de quitar la camisa y metí mis dedos entre su cabello para que no se detuviera.


- Ahhhh --me tapé la boca evitando gemir más fuerte--


Se me erizó toda la piel y mi entre pierna se hizo mares. Ella mandó su mano atrás para soltar su sostén, subió a besarme y sus pezones rozaron mis senos. Se hizo de rodillas y me los ofreció con sus pezones duritos y puntiagudos, los chupe con la misma delicadeza y bordee su pezón con la punta de la lengua.


- Ahhhh ahhhhh


A ella le importaba un carajo si nos escuchaban, simplemente se dejaba llevar y lo disfrutaba. Abrió sus piernas y me metió la mano en su sexo que estaba mojadísimo. No les miento, en ese momento si me sentí un poco extraña e incómoda, era muy extraño acariciar a otra mujer en su parte íntima y sé que ella lo noto.


Regreso a besarme, me cogió de la cara como en la oficina y me llenó de picos por toda la cara.


- Hijueputa me encantas mamacita ¡me encantas grito!


Se sentó a mi lado y se quedó mirando a la nada con su pecho subiendo y bajando de forma agitada. Agarró el teléfono, estiro su mano y nos tomó una foto sin que se vieran nuestros senos, mientras me daba un beso en la mejilla.


- Guárdala. Guárdala muy bien para que cuando seamos viejitas recordemos este día


Le quite el teléfono y estire la mano apuntando a nosotras.


- Entonces quiero recordarlo mejor


La empecé a besar, levantando y estirando la mano, tomando varias fotos sin saber si estaban quedando bien o mal.


Muertas de risa, me senté a su lado para ver como habían quedado. No solo unos deliciosos besos y lenguas, sino que unos hermosos senos desnudos quedaron plasmados. A ninguna de las dos pareció importarle.


Ella bloqueo el teléfono y lo tiro al asiento de adelante, empezó a besarme hasta llevarme a un extremo. Su mano bajo hasta mi jean, abrió el botón, bajó el cierre y le gemí en la boca cerrando los ojos al sentir su mano pasar hacia mi sexo.


- ¿Qué haces Mel?


- Quiero probarte todita, te quiero para mi


- Mel acá no, vamos a tu casa


- ¿A mi casa? recuerdas que te dije eso en el parqueadero y contestaste que ni loca lo harías


Me levanto las caderas y bajo el jean hasta los muslos.


- Mi casa está muy lejos y yo no aguanto más, te quiero todita para mi


La separé colocándole una mano en el pecho para que me dejara de besar.


- Es que yo nunca, y no sé si...


- No te preocupes, yo sé, si no te gusta paramos


- Está bien


Su carita se le iluminó y me dio un gran beso.


- Relájate, solo déjate llevar ¿sí?


- Esta bien


- Si quieres cierras los ojos


- No ni loca, me excita demasiado verte


Me saco los zapatos y me levanto las piernas para sacarme el jean. Me lleno de besos las piernas y con un juego de miradas sensuales, llevo sus indices hasta los elásticos de mis tangas jugando un poco y quitarlos lentamente.


Yo me avergoncé un poco y cerré las piernas. Ella con una sonrisa y de forma gentil coloco las manos en mis rodillas para abrir mis piernas lentamente para ver mi sexo, pero se sorprendió al ver como una línea de mis fluidos se estiraba como un hilo de un muslo al otro, sus ojos se iluminaron y se pasó la lengua por los labios mientras se saboreaba.


- Ay Mel, me va dar un infarto


- Créeme, todavía no


Riendo pícaramente, mientras me acariciaba los muslos con sus manos y dibujaba lianas invisibles con las yemas de sus dedos muy cerca de mi sexo.


Me retorcía de placer y solo me estaba acariciando, pero sus miradas y su forma de actuar era la que me enloquecía.


Me hizo recostar un poco más, levanto mis pies besando mis tobillos y a cada contacto de sus labios con mi piel me hacía brincar. Los paso por encima de sus hombros, disfrutando el camino a mi entrepierna.


A centímetros de ella, aspiro con fuerza y exhalo un pequeño gemido mientras volteaba a mirarme a los ojos. Apenas y abrió la boca todo mi cuerpo empezó a temblar.


- ¿Quieres que pare? --se rio con picardía--


No era ni capaz de hablar. Agite mi cabeza hacia los lados y ella levantó sus cejas sonriendo.


Senti sus brazos pasar por debajo de mis caderas y sus manos agarrarse por encima de mis muslos. Me miro a los ojos, saco su lengua y en punta la paso muy lentamente hasta dejar un hilo transparente colgando entre mi sexo y su boca.


- Ay dioooossssss


Ella sonrió e hizo una cara de placer mientras degustaba mis fluidos.


- Esto va ser un problema


- ¿Qué cosa? --pregunté prevenida--


- Sabes putamente delicioso


Reí de forma nerviosa mientras que ella volvía a pasar su lengua y me hacía voltear loa ojos inconscientemente.


- ¿Y cuál es el problema?


- Que voy a querer chupártela todo el día


Agacho su mirada, se metió en mi sexo dándole besitos por encima, así como lo hizo en su oficina en mi rostro. Su lengua se abrió paso entre mis labios de forma gentil, metí mis manos en su cabello, cerré los ojos, temblando y apretando tan fuerte mis piernas que no la dejaba progresar.


- Lo siento, lo siento fue sin querer


Ella solo se moría de la risa, esperando a que pasaran los espasmos para poder continuar.


- Maldita sea, hasta en esto me encantas


Me chupaba los muslos, clavándome delicadamente los dientes y casi en automático se abrían de nuevo. Esta rodeando por debajo de mis piernas paso sus manos hasta mis muslos para agarrar mis piernas con más fuerza y no las pudiera apretar.


Fue imposible no cerrar los ojos y tratar de agarrarme de donde podía. Hasta el día de hoy sigo creyendo que ella hizo una especie de pacto con el diablo para que le diera super poderes orales.


- Mel, me vas a hacer gritar, Mel, Mel aaahhhhh ahhhhh


Me tomó por sorpresa sentirme tan vulnerable, esta mujer en segundos estaba a punto de hacerme venir, cuando toda mi vida con mis ex pensaba que tenía dificultades para hacerlo.


Meti mis dedos entre su cabello e inconsciente traté de apartarla, pero ella no se dio por vencida y ni me hizo caso. Me daba mucha vergüenza que fuera a venirme tan rápido.


-AAhhhh ahhhhhhh


Me agarré de la manigueta superior de la puerta tan fuerte que me quedé con ella en la mano. La tiré ni se dónde y me agarré de la cabecera de la silla tratando de aguantar un poco más.


¿Recuerdan, como en el sueño me chupaba la tetica en medio de los labios? pues algo muy parecido hizo con mi clitoris capturándolo de forma tan gentil entre sus labios y jugueteando lentamente con su lengua.


Utilicé cuanta técnica de respiración pude para aguantar, hasta que no sé qué demonios hizo con su lengua y adios autocontrol.


- No no nooooooo noooooooo ahhhhhh ahhhhhh


Lo peor de todo es que como me había aguantado tanto y fue peor. Cerré los ojos y me toco simplemente me dejó llevar, era como si no pudiera parar de venirme y ella tampoco lo hacía, hasta que todo mi sexo se encalambro y era insoportable el más mínimo contacto.


- Espera, espera, no mas, no aguanto más, porfa --tratando de empujarla de la frente--


Ella levanto la cara toda mojada, muerta de risa, fue directo a besarme y pude sentir el sabor conocido de mis fluidos en su boca.


- ¿Estas bien chiquita?


La mire extrañada, ella se escudó tras una risa tímida. Se acostó sobre mi pecho y yo me quede acariciando sus rizos.


- ¿Estas bien?


- A punto de un infarto, pero sí, estoy bien


- ¿Te gustó?


- Tu qué crees


Trato de acariciarme de nuevo el sexo pasando su dedo por mi clitoris y le mandé la mano para detenerla antes de que lo hiciera porque no lo iba a poder soportar.


- Me dejaste mal, pero mal es mal


- ¿Mal? --volteo a mirarme--


- Tengo todo el cuerpo encalambrado


- A mí me encantó, podría hacértelo todo el día


- El día que me quiera morir te aviso


Las dos nos reímos enérgicamente hasta terminar sentadas. Me tomo una vez del rostro y me llenó de besos por todos lados.


- Me encantas, me fasinas mamacita hermosa


- Tu también me gustas mucho, mi chiquita


- Ay Meli, me tienes mal diciéndome así


Bajo su mirada un poco apenada.


- No me digas ¿no te gusta?


- Al contrario, me tienes como caminando en las nubes y no se vale


- ¿Eso significa que no te puedo pedir lo que quiera? "chiquita" --con gracia y acento--


- Ya quisiera yo repetir, pero lamento decirte que una vez que "ya sabes" quedo demasiado sensible


- Eso no te iba pedir --levantando sus cejas y mirando su sexo--


- La verdad es que no se si yo sea capaz de...


- Es broma "chiquita", te iba a decir que si... mentiras mejor no lo digo


- Ya, dilo


- Quiero que duermas en mi casa


- Ay Mel, no sé


- Vamos porfa, me quiero despertar y tenerte en mis brazos, darte un beso y preparate el desayuno, mientras que tú haces ese delicioso café


Ella se sentó en la silla con cara se puchero y sus manos en posición de plegaria.


- Porfissss porfis


- Mel, no sé


- Nadie nos va a ver, te prometo que no voy a hacer nada estúpido delante de nadie


- Esta bien


- ¡Siiiii!


Levanto sus manos en señal de triunfo, se golpeó super gracioso contra el techo y nos partimos de la risa. Como si hubiéramos estado drogadas, nos tuvimos que sostener el estómago para poder aguantar.


Con lágrimas en los ojos, me acerqué a ella y le di otro beso.


- Dilo de nuevo


- Chiquita


- Otra vez


- Chiquita, "mi" chiquita


- Ay Mel, no sigas o me vas a enamorar


- ¿Quieres ser mi novia chiquita?


Nos miramos a los ojos, brillaban como estrellas. Le pasé el cabello por detrás de su oído y le sonreí.


- Si, si quiero


Sin duda en mi corazón, in importarme que apenas acabara de conocerla.


Ese beso, ese beso. Ay mis chicas, ese beso fue aún más impresionante, romántico y orgásmico que todo lo que había acabado de pasar. Las miradas inocentes, las risas, las caricias, los sentimientos, todo fue maravilloso.


---


El día siguiente lo pasamos en la cama, comiendo helado, conociendo un poco más de nuestras vidas e historias frustradas de amor heteronormal.


Hablamos muchísimo de sexualidad y ella fue la primera persona en hablarme de los diferentes tipos de estimulación interna y externa. Entendí porque mis orgasmos con ella eran tan diferentes a los que supuestamente lograba por penetración.


En un lugar seguro, lleno de confianza, paciencia y comunicación, por primera vez en mi vida pude experimentar lo que era darle placer a una mujer con mi boca, ni de lejos lo que me hacía sentir cuando alguna vez intenté hacer lo mismo con un hombre. Después de embriagarme con sus orgasmos, entendí finalmente que ya no había duda alguna de mis preferencias sexuales.


Todo era tan natural, tan orgánico con ella, que nunca más me sentí cohibida o avergonzada de explorar y disfrutar el cuerpo de otra mujer.


No solo me quedé esa noche, ya nunca más me pude separar ni un día de ella.


Estábamos tan bien y tan felices la una con la otra que ese secreto que juramos guardar no duro ni un mes, salimos del armario juntas y nos dejó de importar un bledo lo que dijeran los demás.


Felices, enamoradas y en armonía con el universo.


---


Y ya, esa es la historia de como conocí el amor de mi vida, mi otra mitad y mi todo. La mujer con la que comparto mi vida y con la que pienso estar para siempre, viajando por el universo cuando regresemos de nuevo a ser polvo de estrellas.


Te amo con todo mi ser "Melissa".


---


Relato: Yolanda

Escrito: Yolanda + Agata

Edición: Ágata

masterturgon

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visitas: 1903
Categoria: Lésbicos
Fecha de Publicación: 2023-09-23 19:50:06
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2 Comentarios

El mejor relato por lejosssss

2024-03-14 12:04:59

Wao, que relato más atrapante e interesante.

2023-11-23 13:21:54